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Tres Poemas del Poeta Cubano Nelson Roque Pereira


UN TERCER OJO

 

busca la piedra construida
por el temblor del agua.
Antonio Gamoneda


No toda la célula de la circunferencia de la mirada
se desglosa en el derecho y el envés del día en calma,
el espacio donde se aceitan otras estadías del ser  
con las sustancias de las presiones del cuerpo.
Mientras ven los peces del estanque creo tener ojos
para la fugacidad y la persecución de sus aguas,
caer en la trampa dialéctica de albergar un tercer ojo
donde posar en confianza con atisbos de párpados
el corpus de lo sublime en la costura de los dobladillos.
Todo mientras caigo tumor desde el piso de encima,
olvidado de que voy descalzo por este lado del puerto
donde no todos los ojos ceden al desgarre
de la herida frente a la sutura ardiente,
a las espigas de la cosecha ahogadas en el granero,
ni al destello antiguo de la barca que se inclina
cuando lanzo con flaqueza mis botellas al mar
en la distorsión de ver el cosmos de lo resolutivo.


LOS PÉTALOS DEL PAVIMENTO

 

todo ya está escrito, y borrado,
y vuelto a escribir
Gastón Baquero


En algo de tierra soy vertedero
donde los hijos arrojan su moneda falsa,
y los límites aguardan con intentos
sequías de relampagos en lluvias de carroñas,
el yeso de los pájaros que olvidaron volar
el pasado y el presente por un sendero futuro.
Aquí yacen cartas escritas a oscuras
con tinta de raíces en el mar,
y la inconclusa carne de la burocracia
en los espejos que devuelve el rostro
partido en ocho mundos.
Soy la cicatriz que aguarda
lo que repudiaron los ríos de la memoria,
preguntas y respuestas sin tornillos,
los fósforos usados al incendiar la cumbre
tras el párpado agónico de la palabra.
Pero en los circuitos de la basura
algo brota con rabia al romperse los cristales,
sus brillos son hojas de un territorio donde
una idea forcejea entre latas semi vacías.
No me llamen al páramo,
voy del vientre al ensayo del conocimiento
de un ciclo de una primavera salvaje,
esa que nace de todo lo que nadie quiere
y donde lo inútil es parto y fruto
del polvo que asciende en su canción de trigo.


LA ACIDEZ DEL JARRO


Yo no tengo esperanza sino una pasión
cuyo nombre tú no vas a decirme.
Antonio Gamoneda


Con miedo a la palabra adulto
me despojo de la clemencia y el bautizo
en los círculos sucesivos de la respiración.
Otros cuerpos se ha desollado
en el equívoco de los pulmones,
y han vuelto con la carga del murmullo
tal vez del viento o de las aguas
en la sombra pensativa de las ataduras.
Un hombre inesperado me persigue
y de vez en cuando sacude sus cuchillos
con el grito en la música de Springsteen.
No sé otra desaparición más suave
que la que desciende a ras del árbol,
como no pretendo subas el andamio
de los versos a beber las cenizas
de los labios en el temblor de los viernes,
no habré de renunciar al censo de los días
y a las piedras que me dejó Esenin,
colmar de huesos la quietud del laberinto,
sin más palabras con el enfermo
que la acidez del vacío en un solo jarro.



Perfil del autor:
Nelson Roque Pereira (Ciego de Ávila, Cuba, 1966), Poeta e Investigador histórico; pertenece a la Organización internacional POETAP y a ELILUC; premiado en concursos, su obra ha sido publicada en varios medios, Libro Internacional Puente de palabras XIII 2016 Argentina; en Antología mundial Poetas siglo veintiuno, España; El abrazo del Nogal de Daimuz, antología Lorquiana tomo II, España; Ágora de la poesía, España; Alhucema Revista Internacional de Teatro y Literatura 2019, España; en varias antologías foráneas y en páginas Web de Cuba y del extranjero y en su poemario "Por los cauces de la noche", España, 2020.

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