· 

Entrevista al poeta mexicano Ulises Paniagua

Por Alonso de Molina

En su trabajo, Paniagua Olivares ha explorado temas como la identidad, la memoria, la relación entre el individuo y la sociedad, y la búsqueda de sentido en la vida. Además, ha sido reconocido por su habilidad para crear personajes complejos y situaciones que cuestionan las convenciones sociales y los roles tradicionales de género.

Algunos de los aspectos que destacan en la obra de Ulises Paniagua Olivares y que podrían resultar interesantes para los lectores, su extrema sensibilidad que combina la contemplación y la reflexión sobre la naturaleza humana

Su último libro, publicado en febrero de este mismo año, se titula "Oficio del Resentido: Retrato de un ser común en un mundo común" y forma parte de la Colección Poetas de Hoy dirigida por Sur a Sur Ediciones.

La trayectoria y obra de Ulises Paniagua Olivares ha sido muy bien recibida por la crítica, habiendo obtenido premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional. Su trabajo, podría ser una buena opción para explorar la literatura contemporánea mexicana.

 

PERFIL PERSONAL.

¿Dónde te gustaría vivir?

En un mundo sin fronteras, principalmente.

¿A qué personaje histórico te gustaría parecerte?

A ninguno en especial. No es lo mío la imitación absoluta. Sí bien aprendo de Pessoa, de Borges, de Bachelard, incluso sobre sus estrategias personales, me gusta la idea de jugar a ser “yo”, con la intención de algún día “ser alguien” para los otros. Como un buen existencialista, me construyo y reconstruyo de manera constante.

¿Qué es para ti la libertad?

“La libertad”, como decía Nina Simone, “es no tener miedo”. También es vuelo e imaginación. No existen límites ni control para lo que imaginamos. Hay gente que posee un cuerpo libre pero una mente anclada a tradiciones rancias o apreciaciones supremacistas. Aun en la cárcel se puede ser libre. De ello sabía mucho Miguel Hernández, por ejemplo.

¿Cuál es tu libro favorito de siempre y cuál es el último que has leído?

Una pregunta compleja…No tengo un libro favorito. Tengo muchos libros favoritos; y la lista se modifica al paso del tiempo. La movilidad de las formas es un aliciente en la existencia de un lector.

Aliviemos tensiones ¿Qué superpoderes te gustaría tener?

El superpoder de leer todos los libros que anhelo en el transcurso de mi vida. Entrar a una gran librería me pone triste, estimado Alonso, al descubrir la gran cantidad de excelentes libros que tendré que perderme porque no me alcanzará el tiempo para conocerlos todos en la suma de mis días. Allí uno quisiera ser inmortal.

¿Qué tres aspectos aprecias más de una persona?

Lealtad, transparencia; y sobre todo la capacidad de generar instantes poéticos en la existencia.

¿Cómo ves tu futuro, qué sueñas?

Últimamente mis sueños, sombríos, incluso aterradores, no se parecen nada a la luminosidad que anhelo para el futuro. No sólo en mi futuro, sino el futuro como una generalidad esperanzada y esperanzadora para las nuevas generaciones.

¿Si fueses un animal, cuál serías?

Una pantera negra, definitivamente.

¿Qué cuatro adjetivos te describen mejor?

Infatigable. Lector. Incómodamente persistente; y enfermizamente curioso.

¿Qué es lo más alocado que has hecho?

Jugar a ser Jim Morrison o Arthur Rimbaud en las borracheras de la juventud… ¡Hice cada locura autodestructiva bajo el pretexto de permitirme cierto malditismo…!

¿De sentido del humor, qué tal andas?

Muy bien. Sin dolencia alguna. Tomo pequeñas dosis diarias de humor para prevenir el estreñimiento del alma.

¿Cuál es el recuerdo de tu infancia que tienes más vivo?

Mi bisabuela. Los rezos de mi bisabuela “sabían” a poesía, quiero decir, por el modo y la entonación con los que me bendecía. Tenía una voz dulce y sosegada que aún me hace remontar a la paz de esos momentos.

¿Qué 3 artistas (¿pueden ser músicos, poetas, escritores, artistas plásticos... son las que más te inspiran?

Leonard Cohen, Sor Juan Inés de la Cruz y Jorge Luis Borges. Por allí se asoma, a veces, Allen Ginsberg.

¿Te consideras una persona supersticiosa?

Es de mala suerte pensar en supersticiones.

¿Eres una persona abierta a los cambios?

No concibo la vida sin cambios. Hay movilidad, a nuestro alrededor, todo el tiempo. Ahora mismo que escribo, algo me ha generado esta reflexión,

y por lo tanto hay un cambio en mí, casi imperceptible.

Si no trabajaras en lo que trabajas actualmente, ¿a qué te hubiera gustado dedicarte?

A escribir y leer, de tiempo completo. Si me pagaran por ello, ya sería billonario. Sin embargo, más allá de lo material, la generosidad de bienes culturales que brindan la cultura y el conocimiento, son infinitas e insustituibles. No cambio estos dos grandes placeres. Si no fuera escritor…sería escritor. Si no fuera lector… sería lector.

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes en tu vida?

Me veo corriendo, a los tres años, en el patio de la vieja casa, para dar vueltas en un carrito, que seguro me trajeron los Reyes Magos. Aún recuerdo la textura de la casa, sus materiales, el color del cielo, la sensación de libertad al correr por el patio…

¿Prefieres ser el jefe o recibir órdenes y ejecutarlas?

Preferiría que no existieran jefes. Que no existieran ni “mandadores” ni “mandados”. Sería un mundo mucho mejor, sin duda.

¿Cuál sería un buen regalo para ti?

Ese libro que quiero leer. Siempre, el libro que quiero leer.

¿Es la reputación importante, para ti?

¿Estás hablando mal de mí?... Ja. No. Hace tiempo le di mucha importancia a los comentarios de la gente; ahora me tienen sin cuidado. Hagas bien o mal las cosas, la gente estará ávida de tu caída. Uno sólo debe caminar, sin analizar nunca cómo se desplaza la sombra a nuestras espaldas.

¿En narrativa, prefieres las historias cortas y simples o los argumentos enrevesados y complejos?

Ambos, la simplicidad y la complejidad guardan maravillas propias dentro de sus particulares mecanismos.

Finales del año 2021

¿Estamos viviendo un buen momento para la poesía?

Nunca ha sido un buen momento para la poesía, y siempre lo sigue siendo. Como dicta el inicio de la novela “Historia de dos ciudades”, de Charles Dickens: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación”. La condición para la poesía no es muy distinta hoy en día que hace mil años. Platón, por cierto, criticaba a los poetas.

¿Cómo logras enfrentarte a la hoja en blanco?

No la enfrento, colaboro con ella. Una imaginación desbordada (que incluso me atormenta y me ha traído problemas personales) es el secreto.

¿Escribir es un don, un aprendizaje, un esfuerzo mental…?

Se nace escritora o escritor. Pero sólo los muy grandes estudian, y se estudian, para perfeccionar las deficiencias. Un escritor con talento y sin esfuerzo o disciplina desperdicia sus dones bajo argumentos donde justifica la pereza. Un autor constante, pero sin talento, realiza una labor muy digna, y de vez en cuando puede conseguir textos trascendentales, aunque sin naturalidad eso es difícil.

Descríbete en una sola frase

“Hay que hablar de amor y deseo mientras nos queden labios con qué besar”.

  Aquí hay una segunda frase: “Soy, y he sido.”

 

Entrevista a Ulises Paniagua

Se podría decir, admirado poeta, que has sido, que aún eres un todoterreno: Narrador y poeta, estudios de arquitectura y urbanismo; diplomado en Literatura Española…; ¿cuáles son tus funciones, ¿cómo logras coordinar todas estas cuestionas y qué proyectos tienes al respecto?

Pienso en las disciplinas como una sinécdoque: el todo está en las partes, y la parte se halla dentro del todo. Lo transdisciplinario es mi guía. Así son las interrelaciones en el universo y el mundo: naturales. No creo demasiado en las grandes diferencias en materia del conocimiento. Poesía, Ciencia y Música, por ejemplo, abrevan de la misma fuente.

Poéticamente hablando, pregunta obligada, cuál es tu backgrounds, de dónde procede, desde cuándo tu afición, vocación por escribir y más concretamente por escribir poesía, qué referentes tienes si es que los tienes, tus primeras lecturas, si en tu familia hay o ha habido poetas, en tus círculos…

El primer instante que recuerdo con nitidez, es ver rodar una naranja sobre la banqueta para seguir por una vía rápida, sin ningún rumbo. Eso ocurrió cuando tenía dieciocho años. Fue un asunto imperceptible para el resto de la gente, pero fue una revelación personal profunda. Fue como leer una metáfora en la realidad. Una escena al estilo de Federico Fellini. Supe que tenía una especie de don. En mi familia se practica muy poco el arte de leer.

Por otra parte, muchas veces, al escribir, recuerdo mucho la escritura de Wisława Szymborska. Cuando es un poema de largo aliento, acudo al recuerdo de Allen Ginsberg. De vez en cuando me descubro escribiendo versos al estilo de Jaime Sabines. La influencia es muy vasta. Me dejo llevar. También rondan por allí Roberto Juarroz o Vicente Huidobro. Ahora escribo un poemario medio borgeano, en cuestión de que está dedicado al conocimiento.

¿Crees que la poesía tiende a simplificar lo complejo o por el contrario tiende a complicar las cosas sencillas?

La poesía muestra. Sólo eso. El macro y el micro universo son complejos. Exponerlos en su absoluta complejidad, o distinguirlos en su sencillez, es sólo cuestión de una decisión, de una perspectiva. La poesía realiza ambas funciones.

¿En tu poesía está implícito el compromiso con la sociedad, con nuestro tiempo, con divergencias como el sexismo, con lo políticamente correcto? ¿qué cambio o que giro debería dar la poesía para que no sea considera un mero ingrediente ornamental –como ocurre en muchísimas ocasiones–, y si, efectivamente, como manifestó Celaya “La poesía es un arma cargada de futuro”?

Creo en las palabras de Albert Camus: “Mi temporalidad me hace libre”. La poesía es una cuestión lírica, estética o incluso humorística, pero dentro de su superficie debe ahondar en una dosis crítica o filosófica. La poesía, incluso la más sencilla, será crítica o no será poesía, sino versificación. Por otra parte, es inevitable notar y hablar del arribo del paradigma feminista y anticolonialista.

¿Quién nombra a las poetas? ¿Qué condiciones se deben cumplir para ser considerado poeta?

La gente decide quiénes son los poetas que permanecen a través del tiempo. Nos hemos acostumbrado mucho, durante el siglo XX, al hecho de que instituciones, gobiernos o editoriales intenten imponer a ciertos poetas oficiales. Pero, como solía decir Machado, “mientras no las cante el pueblo, las coplas, coplas no son”. El surgimiento de un verdadero poeta de su tiempo es espontáneo, como el nacimiento de una flor.

El poeta, los poetas, son gente discreta, afable, dicharachera, egocéntrica… ¿egocéntrica? ¿Hay mucho egocentrismo entre los poetas?

Lo hay. Y hay que aprender a dominar esa característica. Aunque no es un asunto del todo negativo. Un poeta conoce su singularidad y su inteligencia. Se sabe diferente, como en el mito de la caverna platónico. A veces su ego responde al rechazo de los otros muchos, que no le entienden, ni pretenden hacerlo. Hay una línea muy tenue entre el ego, y los mecanismos de defensa personal ante el mundo.

¿Está tomando la poesía un nuevo rumbo, digamos más global, más cercano a la gente de la calle y no tanto a la gente de índole intelectual y académico?

Siempre han existido dos vertientes: gongorinos o quevedianos; kantianos o coloquiales; académicos o urbanos. Recuerdo que una novela de Gustave Flaubert narra cómo, en distintos cafés de París, convivían dos grupos de poetas totalmente distintos. Y París era pequeño. En México hubo una pugna entre pazistas e infrarrealidtas; entre contemporáneos y estridentistas. Lope de Vega era lo instituido; Miguel de Cervantes era la calle. A Cervantes siempre le pesó la indiferencia de los culteranos hacia sus obras, en su tiempo.

Tu secreto mejor guardado ¿cómo es tu proceso al escribir? ¿Cómo haces? ¿Qué cosas remueves hasta concretar un poema? ¿cuál es la arquitectura que haces prevalecer en el poema, cómo los construyes para que versos, ritmos, espacios en blanco se articulen y consigan llegar al lector?

No hay recetas para escribir. Utilizo el método que recomendaba Julio Cortázar: cuando escribo poesía, leo ensayo; cuando escribo cuento o novela, leo poesía… Hay libros que se gestan como un largo proceso, una idea conceptual. Algunos otros textos aparecen desde el alumbramiento heideggeriano de una frase. A veces el primer verso dicta el rumbo de un poema, incluso un poemario completo.

Algunos poetas, incluso de cierta relevancia, aducen que “La poesía no sirve para nada, pero es indispensable”. Otros en cambio, sugieren, tal como lo expresa la conocida poeta americana Sharon Olds, que el poema, la poesía en general, debe ser útil. ¿Por qué leer poesía, qué aporta, por qué es bueno leer poesía?

Esto lo comenté en algún ensayo al respecto, “En defensa de la inutilidad de la Poesía”, publicado en Revista Anestesia. Lo comparto:

¿Para qué sirve la poesía? Es una pregunta que se escucha con frecuencia en los ecos que arrastran los pasillos literarios y los no tan literarios. Jorge Luis Borges, preclaro, hace una reflexión brillante al respecto: ¿Para qué sirve la poesía?… “¿Para qué sirve un amanecer? ¿Para qué sirven las caricias? ¿Para qué sirve el olor del café?… ¿Para qué sirve la muerte?”.

Si consideramos que la cultura no es más que una ficción ideada por el hombre, ningún objeto o concepción sirve en realidad. Ninguno. Un billete “vale” únicamente desde el momento en que la gente cree en su valor. La economía, aunque a algunos les parezca increíble, es tan inútil desde este punto de vista como lo pueden ser algunos versos célebres, porque todo ello constituye parte de la ficción humana a la que hemos llamado civilización. Si bien no sabemos exactamente qué es la poesía, el interés de gobiernos y emperadores hacia los poetas, a lo largo de la Historia, demuestra que los hombres de estado tampoco lo saben, pero que presienten la importancia de estos personajes, porque han llegado a temerles. Así, Nezahualcóyotl, por ejemplo, fue perseguido por sus adversarios. Es célebre también el pleito entre Pedro el Grande, Zar de Rusia, y el poeta Pushkin. La generación del 27 representó una molestia para la dictadura de Franco a tal punto que Miguel Hernández y Federico García Lorca fueron asesinados por el régimen.

¿Cómo ocurrió esto? ¿No estábamos de acuerdo en que la poesía es inútil? ¿Cómo puede ser peligroso lo que peca de futilidad? Una contradicción. En ese sentido, el poeta se convierte en una especie de mago que juega con fuerzas metafísicas y materiales capaces de transformar realidades por medio de la palabra. Se vuelve mítico y terrible, un ser que “pide la paz, y la palabra”, como lo hace saber el español Blas de Otero, pero que accede con ello a puertas irreversibles, estruendosas. El poeta, aún en su mínima presencia, transforma al mundo. Hablamos de alquimia verbal, sonora y conceptual.

Pablo Neruda, quien mucho sabía sobre el quehacer literario, declaró alguna vez: “Tengo 53 años y nunca he sabido qué es la poesía, ni como definir lo que no conozco”. María Esther García, en una declaración que me gusta porque ejerce la fascinación poética de definir al indefinir, escribe: “Nadie sabe con exactitud qué es un poeta. En el principio se creía que era Dios, el gran mago; luego, el cuerpo mutó y se convirtió en el borracho, el suicida abrazado al cangrejo (…)  Si yo pienso en la poesía no la veo como un hilo de ritmo. Veo una víscera secándose al sol. Si yo pienso en un poeta, pienso en un carnicero. El poeta desuella la piel del poema, separa los pliegues rosados, los tendones”.

El problema se vuelve complejo si nos preguntamos si es el poeta el que desuella al poema; o si no resulta muchas veces desollado ante la fiereza del texto, una víctima de las palabras que acuden a su boca. Porque escribir poesía es sentir el dolor del que desuella y del desollado al mismo tiempo, quizá para que otros conozcan acerca del padecimiento personal que se convierte en general, o para que el resto de los congéneres busquen una manera de afrontar su paso por la vida. Desollador y desollado encuentran, dentro de las vísceras, la luminosidad y la noche, el claroscuro, la luz negra. No hay por qué temer. Llegar al fondo no siempre es morir. En el fondo de los océanos habitan los más fantásticos peces abisales.

Me gustan los versos de Vicente Luy, quien describe la utilidad comunitaria de la poesía, si tal adjetivo horroroso puede darse a un arte (me refiero al de “utilidad”, desde luego). Los versos dicen: “Quiero escribir un poema / que exprese mi pena / y no hable de mí”. Luy da una buena pista. Para eso sirve, quizás, la poesía, para hablar del “mí” dentro del “nosotros”, para congeniar con las cargas históricas y morfogenéticas de una especie que se empeña, a pesar de su autodestrucción, en buscar la belleza, aún en la fealdad.

La poesía es un lenguaje que no les es posible entender a muchos, sin embargo, su ininteligibilidad no justifica su lapidación ni exenta a las mayorías del calor que se propaga desde los versos. Si contemplamos una tabla de Excel, entenderemos poco acerca de las fórmulas que calculan activos y pasivos, pues se trata de la especialidad de un contador; si leemos en un pentagrama una pieza de Johann Sebastián Bach, los seres comunes seremos incapaces de reproducirla si no tenemos nociones musicales. ¿Por qué leer la poesía debería ser diferente?  Tal desconocimiento y rechazo, sin embargo, son comprensibles. Rony Paz, científico que estudia los procesos del lenguaje y la memoria, ha declarado que no ha sido posible hasta ahora procesar la manera en que actúa la poesía en las funciones cerebrales. Es un lenguaje que trasciende al parecer, dice, los límites materiales. A algunos les asusta esto.

Por su parte, la perspectiva capitalista procura engaños al respecto. Los músicos pop, por mencionar un caso, hacen millones al reproducir las notas de un pentagrama. Hacen de lo “inútil” algo muy redituable. Y Octavio Paz, para ejemplo de aquellos mediocres cuya meta es hacerse de una fortuna, poseyó sin duda un patrimonio superior al de algunos empresarios, y al de una gran cantidad de ingenieros, médicos o abogados. Si la poesía es inútil (y yo odio el valor monetario), ¿cómo es que un poeta pudo conseguir una casa mejor que la de tales seres superficiales?

¿Para qué se escribe poesía, entonces? ¿Para hacer dinero? Por supuesto que no ¿Para ganar prestigio? Algunos dirán que sí.

Las respuestas son múltiples, y al mismo tiempo parecen una: se escribe poesía para imaginar, para soñar un mundo distinto. Se escribe poesía para incendiar conciencias. Tenía razón Aristóteles al comentar que el arte cumple el objetivo de imitar la naturaleza. Tiene razón Immanuel Kant, al suponer que la sublima. Acierta el contexto marxista cuando hace ver que el arte no puede comprenderse si no es a través de un contexto sociohistórico. Los surrealistas descubrieron el hilo negro al acercar el arte al inconsciente. Todos ellos tienen razón. Todos y ninguno. El arte es un misterio. La poesía, un milagro científico-místico-ficcional, incluso musical.

Jaques Lacan comenta que “Hay poesía cada vez que un escrito nos introduce en un mundo diferente al nuestro, y dándonos la presencia de un ser de determinada relación fundamental, lo hace nuestro también. La poesía hace que no podamos dudar de la autenticidad de la experiencia de San Juan de la Cruz, ni de Proust, ni de Gerard de Nerval. La poesía es la creación de un sujeto que asume un nuevo orden de relación simbólica con el mundo”.

La poesía, bajo esta perspectiva lacaniana, y también desde la antropológica, es un medio para hacer aparecer las representaciones sociales. Los sueños, las pesadillas, los anhelos, los miedos, el amor, todo está allí, velado. El hombre de las cavernas pintaba bisontes para cazarlos y para que otros entendieran por qué y cómo se cazaban. Pero también para legar una mitología de la caza. El bisonte en el muro de la cueva no era real, era un bisonte poético. El poeta, en ese sentido, sigue dibujando bisontes metafóricos para los demás desde el principio de los siglos ¿Logro explicarme?

Luego entonces se escribe poesía porque sí, porque no, y porque tal vez.

Se escribe poesía para elogiar la belleza de un ave o un insecto.

Se escribe poesía para admirar el soplo de los querubines y las potestades.

Se escribe poesía para denunciar el hambre.

Se escribe poesía para exorcizar nuestras pesadillas.

Se escribe poesía para hacer activismo.

Se hace poesía para preguntarse por uno mismo.

Para todo ello sirve.

Haya larga vida para la Poesía porque su intrascendencia nos hace libres, críticos, literarios, felices, y a ratos placenteramente desdichados. No sé cuál es su sentido ni su profunda esencia, y no me importa. A nadie le importa, en el fondo. Aunque de algo podemos estar seguros: de que, en su necesaria eterna inutilidad, se revelan pequeños episodios del macro y micro universo y, de vez en cuando, asoma incluso un guiño personal desde un espejo. Seas eterna, Poesía, para la confusión y el placer de los seres humanos.

¿Quién es mejor poeta, el que más vende, el que más publica, el que más escribe, el que más premios y reconocimientos recibe…?

El que es más recordado, tanto por la gente como por la gente que en verdad aprecia a profundidad la poesía. Pocas autoras y escasos autores consiguen esto. Cuando se logra el milagro, tenemos a una, o a un poeta de verdad. Un poeta debe preocuparse siempre por escribir buena poesía. Nada más. Las ventas, la fama y los premios no son un objetivo. Sor Juana Inés de la Cruz sólo ganó un segundo lugar en un torneo (de ciegos, seguramente) en la época virreinal mexicana. Sor Juana no dependió de ventas o prestigio para escribir “El sueño”, mejor conocido como “Primero sueño” (un poema tremendo); o sus espectaculares sonetos. En la poesía nadie gana y nadie pierde. Esa es sólo una apreciación capitalista. Sólo triunfa el gozo de los buenos textos.

¿Es más poesía la que hace reír, la que te pone triste o la que te remuerde las tripas y te invita a la reflexión?

Cualquiera de ellas. Me encanta la antipoesía de Nicanor Parra, por ejemplo, tanto como la tristeza trágica de César Vallejo, o la sabiduría de El poema de los dones, de Jorge Luis Borges. Diferentes estilos o enfoques, con igual impacto: la suprahumanidad de lo escrito en su aparente humanidad.

¿Es imprescindible ser innovador en poesía?

No. Desde luego que no. Aunque una crítica que debo hacer a la poesía española es que está muy casada con la idea de sus propias reglas, de una tradición del Siglo de Oro muy añeja que, por cierto, tiene una gran influencia árabe (aunque poco se hable de ello).

Por otro lado, si voy a escribir sonetos, que sea con temas o miradas actuales, lejos del facilismo de la imitación políticamente correcta. Cuando nació el soneto español también renegaron de él. Hay que aprender que la tradición, primero, fue cambio.

¿Harto de malos poetas? ¿Todo vale en poesía?

Por allí dicen que levantas una piedra y aparece un “poeta”.

Y parodiando a Bécquer, se dice que “Podrá no haber poesía / pero siempre habrá poetas”.

Sí, prefiero intimidad, calidad, profundidad, antes que cantidad. No desprecio a los poetas superficiales, pero no los aplaudo. Conozco gente que escribe poesía sin haber leído al menos tres libros de poesía clásica o contemporánea.

En ese sentido, no todo vale. La escultura de plastilina en el kínder no se compara a la escultura del “Moisés” de Miguel Ángel. No hay modo de hacer esa comparación.

¿El poeta es un pequeño dios, tal como afirmaba Huidobro?

No. Creo que Huidobro ha sido mal comprendido. El poeta no crea el mundo ni lo nombra; en todo caso lo renombra. Y antes de eso debe conocerlo a fondo. La frase del pequeño dios, por cierto, y según me contó el nieto del propio Huidobro, se la atribuía su abuelo a Rubén Darío.

Seguimos hablando de poesía. ¿Se trata de un acto consciente; ¿es, tal vez, fruto de la inspiración divina, o quién sabe si se trata de la terca búsqueda de lo imposible?

La poesía es todo eso, y es nada. Comparto un poema al respecto:

La Poesía no es un cubo hermético contenido en sí mismo,

ni es silencio que revienta la noche, ni dolor de vena abierta

o el bolsillo del gigante, o tus labios impacientes del verso

que mate lento. Es todo lo que digo; esto y más aún: es nada.

Es paso de gato en teatro vacío; mil y un ojos reflejados en

 espejo ciego; la caída de Troya desprovista de caballo; el

 incendio que es descanso, y tu sexo -la cama donde sueño-.

 Es cadencia; un perro desbocado; es mierda y amor y rabia;

 es holocausto y una torpe llave; el temido encierro: la salida.

 La Poesía no es un cubo hermético contenido en sí mismo.

Los premios, ¿significan algo para la poesía, para el poeta, más allá de los halagos y del monto económico?

Para el poeta no significan ni deben representar mucho. Apenas señales que confirman lo que ya sabe: que está haciendo bien las cosas. Por otra parte, los premios, en un mundo de no lectores o lectores de poca vocación crítica, visibilizan a las autoras y los autores. Hay demasiado silencio y sordera con respecto a leer buena poesía sin ayuda de recomendaciones de grupúsculos de amigos o instituciones. Los premios estimulan la curiosidad, pero si están dirigidos a favores o “amiguismos” sólo se contraviene el proceso natural de difundir la poesía. Por eso mucha gente no se acerca a este género literario. Porque muchas veces no se premia a quien se debe.

Parece ser la regla no escrita. Las editoriales no apuestan decididamente por la poesía, y menos aún por poetas desconocidos o de menor pelaje. En este caso, ¿recomiendas a los autores la auto publicación como si de un Walt Whitman cualquiera estuviéramos hablando?

Desde luego. Creo que, si no es el único, tal vez sí sea casi el único modo de iniciar. El poeta chileno Pablo de Rokha vendía sus libros de puerta en puerta.

¿Crees que el libro digital acabará con el libro de papel?

No lo creo. La contemporaneidad, en la era hiper moderna, nos hace saber que ambos formatos no se contradicen, sino que se complementan. Los dos tipos de libro conviven de manera pacífica.

Todo el futuro por delante. ¿Eres consciente de que, gracias a nuestro idioma, tienes un mercado potencial de lectores que ronda los quinientos millones de personas? ¿De qué manera puedes hacer llegar tus libros a los hispanohablantes de uno y otro lado del atlántico?

Con la apreciación de la gente, el interés de las editoriales y mucha, mucha suerte. En ocasiones, la suerte interviene bastante en el reconocimiento masivo de una obra literaria. En lo que uno debe concentrarse es en seguir escribiendo una obra original, y muy digna.

¿Deseas decir o comentar algo que no te haya preguntado?

Deseo que la vida de todas y todos goce de muchos, pero muchos instantes poéticos. De eso, saben muchísimo los niños. Hay que aprender de ellos.

 

SELECCIÓN DE POEMAS DE ULISES PANIAGUA OLIVARES

 

MANIFIESTO DEL ERRABUNDO

Yo, príncipe de las tempestades internas

perpetuo errabundo de mí

doy fe de que

-como una fuente de sensaciones y conocimiento-

la vida se me ha otorgado

 

Que mi mente y mi cuerpo

–cual espacios sagrados–

aún campean florecientes

en la sinrazón del mundo

 

Es cierto

Erigí catedrales a la memoria

derrumbé monumentos intelectuales

agonicé en el espejo cada noche

para resucitar, al alba siguiente, a puro tropiezo

 

En la fecha

en que estas palabras escribo

doy testimonio de que no morí

a los veintisiete –fatídicos–

ni a los duros treinta y tres (cabalístico número)

 

Confieso: la vida es hermosa

(sin metáforas ni dobles discursos)

Doy fe del gozo y el asombro

ante los días concedidos.

 

1976

El terremoto de 1985

El terremoto de 2017

El terremoto que vendrá

 

La epidemia del VIH

La epidemia de Influenza

La gran epidemia del Coronavirus

La crisis económica de 1994

La crisis económica de 2016

 

El levantamiento zapatista

El otro levantamiento zapatista

El arribo de los Bush

Los muchos Trump

La guerra en Medio Oriente

La siguiente en Medio Oriente

La más reciente guerra en Medio Oriente

 

Bagdad demolido

el mundo del islam en pedazos

Buda estallando de vergüenza

La vergüenza estallando sin Buda

 

Los decapitados en internet

Los decapitados en Colombia

Los decapitados en México

Los decapitados en el mundo

 

La caída del Muro de Berlín

La caída del mercado inmobiliario

La caída de las Torres Gemelas

 

Los primeros feminicidios

El horror

Los siguientes, los eternos feminicidios

 

Los días, los eventos, los horrores

Los días, los eventos, los horrores

Los días, los eventos, los horrores

 

Y yo aquí

en el aburrimiento

sobreviviendo en el mismo piso

mientras pienso que, durante mi vida

no ha ocurrido un evento importante.

 

BUSTER

Soy Buster Keaton

Pulo con esmero una pared

invisible

Esa, que recreo con intensa realidad

 

Soy Buster Keaton, cada que caigo en la vida

lo hago con gracia

Los Harry Houdini, en la calle, exclaman

“What a bastard”

Entonces me siento satisfecho

 

Como Keaton, tengo amigos Fatty Arbuckle

de los que dudo si son criminales o inocentes

Descubro que la gente es un misterio

 

Soy Buster Keaton

Protagonizo grandes sobresaltos

sin transmutar mi cara de palo

 

Interpreto, en la oscuridad de la sala

la permanencia del tiempo

el frenesí de lo que no se mueve

pero respira

 

Soy Buster Keaton

 

Por si no lo creyeran tengo planeado

muy pronto

sentarme en el lagar de las llantas de un tren

-triste y aburrido-

para que el ferrocarril

ese ferrocarril

ese y no otro ferrocarril

me lleve a cualquier parte.

 

MI ABUELA ERA POETA

Mi abuela era poeta, pero no escribió una palabra

Se dedicó a contemplar el río de los minutos venideros

la transparencia del sueño

 

Una mujer en Cuba examinaba el letargo de las olas

cada ocaso, en el malecón

Y aunque no bordaba versos, también era poeta

 

Poeta es quien contempla

los montes con ojos de animal nuevo

quien descubre ocasos o atardeceres

en la palma de la mano

o pronombres en un oscuro vendaval

 

Es poeta la mujer que se sublima

en el vuelo de su pecho, por decir algo

 

Mi abuela era poeta

pero no escribió una palabra

 

La poesía no es asunto exclusivo de las letras

Habita en la luz entre los árboles

en la permanencia del agua

en el epígrafe de los cuerpos antes del acto del amor.

 

NO, PROUDON

                A Enrique Dusell

y su estética de la liberación

 

Dice Proudon que los humanos son los únicos seres

que pueden apreciar la belleza

 

Pero he visto al canario de la selva batir sus alas, hacer una reverencia al sol

como lo hace un poeta que conjura la belleza en medio de un delirio.

 

El canario ama al sol

Cuando bate sus alas, emite un juicio estético.

Hay asombro más allá de una jaula hecha de palabras

 

Dice Proudon que los humanos son los únicos seres

que pueden apreciar la belleza

 

Miente.

 

SOY MUHAMMAD ALÍ

Yo soy Muhammad Alí

Soy el rey del mundo:

También soy amo y señor de la enfermedad de Parkinson

 

Soy Muhammad Alí:

mi boca es grande como un rascacielos

Mi voluntad también

 

Soy Alí, el contradictorio:

intimido a mis rivales, abuso de su recelo

pero abogo al mismo tiempo por los derechos humanos

 

Como cualquiera, he tenido enemigos que me odian a muerte

Me enfrasqué, incluso

en combates épicos con algún Frazer, por descuido

 

Debes saber además que vapuleé, mientras tanto

a muchos, muchos, muchos costales

 

Suelo a decir a mis antagonistas:

“Mira mis piernas, que rápido se mueven”

Soy un peso pesado, pero soy ligero como mariposa

 

Soy el gran Alí

Ahora voy a lanzarte un golpe

un verso tan rápido que no podrás notarlo…

¿Lo leíste? ¿Pudiste verlo?

 

Un día me llamaron Cassius

Cassius Marcellus Clay

Más ignoré a quien me llamaba

Lo dije bien claro: no iré, ése es nombre de esclavo

 

Yo odio la guerra

odio matar

Me niego a hacer lo que otros quieren

 

Pretendieron enterrarme vivo

pero volví, más tarde a ser, de nuevo

campeón del mundo

 

Soy Muhammad Alí

No soy blanco

Orgullosamente no soy blanco

Tampoco soy su esclavo

 

Soy el dueño del mundo

“Soy joven; soy guapo; soy rápido”

“Cuando eres tan grandioso como yo, es difícil ser humilde”

 

Soy Alí

Entreno, deslumbro, entreno

Entreno, deslumbro, entreno

 

Soy Muhammad Alí

Soy el más grande

 

Lo dije

y te lo digo:

“No se puede ser valiente si se tiene miedo”

Escribir comentario

Comentarios: 0